Anticoncepción: 2 mejor que 1. La doble protección.

Cuando hablamos de la doble protección como método anticonceptivo nos estamos refiriendo al uso simultáneo de dos anticonceptivos, uno hormonal por parte de la mujer y otro de barrera, el preservativo, por parte del varón.

Antes de prescribir un método anticonceptivo, explicamos los diferentes tipos de anticoncepción que hay, valorando los pros y los contras de cada uno de ellos. Recomendamos  los que creemos más adecuados, pero es  la paciente  la que decide cual es el que se ajusta mejor para ella y su pareja,  eso facilitara el cumplimiento y por ende el mejor uso del método. Nosotros como médicos debemos ver que no esté contraindicado el anticonceptivo elegido. Tenemos que hacer hincapié en que los anticonceptivos nos protegen de un embarazo no deseado pero no de una posible infección.

¿Cuándo aconsejamos la doble protección? Cuando consideramos que hay un riesgo importante de infección de una enfermedad transmisión sexual  (ETS),  generalmente la mujer es joven y no tiene una pareja estable, teniendo relaciones sexuales con diferentes compañeros sexuales, aumentando por ello el riesgo de ETS. Algunas de ellas muy importantes como podrían ser la gonococia, las clamydeas, el herpes y la infección por el virus del papiloma humano (HPV).

Esta misma consideración hay que tenerla con cualquier mujer que tiene relaciones inestables o fuera de su pareja,  el riesgo de infección se ha de evitar con un preservativo.

El método utilizado por la mujer,  habitualmente es hormonal,  pudiendo elegir ésta la vía de aplicación, oral (la píldora),  dérmica (los parches) o vaginal (el anillo),  en otras ocasiones podría ser subcutánea o el DIU. Si se tiene un método de anticoncepción definitivo como la esterilización tubárica o la vasectomía,  el riesgo de infección es el mismo.

El preservativo se debe de utilizar correctamente, pues sino no serviría de nada. Si hace falta se explicará el correcto uso del preservativo.

Debemos decir por último que el coito interrumpido (la marcha atrás) no protege ni de un embarazo ni de una infección, como tampoco lo hacen los lavados vaginales tras las relaciones.

Para conocer los próximos temas de nuestro blog, síganos en facebook o twitter



He leído, entendido y acepto el Aviso legal y la Política de privacidad.