¿Cómo debemos gestionar las emociones durante la cuarentena por el Coronavirus COVID-19?

Nunca antes nuestra generación había vivido algo tan inquietante como esta pandemia. Una pandemia que ‘’cómodamente’’ se puede frenar estando en casa si no sois parte de aquellos profesionales que actualmente están trabajando para abastecernos de los servicios básicos. Pero, ¿por qué nos puede crear síntomas de ansiedad y depresión esta situación? Comenzaremos analizando el origen de estas respuestas ante el peligro.

La ansiedad es una respuesta innata que tiene nuestro organismo para protegernos ante el peligro. Ésta nos ayudará a huir o a luchar contra aquello que hemos etiquetado como peligroso. El problema surge cuando la sentimos en momentos no peligrosos o cuando su intensidad es excesiva y nos lleva al descontrol.

Ante la situación actual de salir de casa para comprar víveres, sí que es adecuado tener ansiedad, siempre y cuando sea un estado de alerta controlado que nos permita hacer la compra utilizando, en nuestro beneficio la información profesional sobre cómo actuar fuera de casa.

Habiendo realizado las conductas de limpieza recomendadas al llegar a casa, es importante no etiquetar como peligroso nuestra permanencia en casa. Es una zona segura. Es normal, en este periodo de incertidumbre, tener ansiedad intermitente puesto que no sabemos qué ocurrirá con nuestro trabajo, ingresos, curso de los niños, salud de nuestros allegados, etc. Recomiendo que dejemos a un lado estas preocupaciones, puesto que muchas son variables, y no dependen de nosotros en este momento.

Debemos limitar las noticias para no aumentar más la sensación de peligro. Con una vez al día es más que suficiente. Y por supuesto descartar ver las noticias emitidas por la noche. No nos interesa el aumento del número de víctimas mortales o contagios, ya que sólo nos sirve para ponernos más nerviosos y anticipar, puede que erróneamente, que vamos a ser los siguientes. No busquéis noticias por internet, muchas de ellas no proceden de páginas oficiales. Es más, si puedes evitar también escuchar audios catastróficos de profesionales que están en primera línea de la pandemia, mejor. Ya sabemos cómo todos estos héroes están luchando contra el COVID-19 y las necesidades que tienen. Si puedes usar esta información para reaccionar de manera correcta ayudándoles, será maravilloso. El altruismo y la solidaridad nunca son suficientes. Céntrate en el presente y en aquello que sí puedes controlar.

En cuanto a la sintomatología depresiva, entre ellas tenemos a la tristeza, la apatía y la desesperanza. El origen de éstas proviene de una pérdida de reforzadores, es decir, un cambio en el ambiente que etiquetamos, ahora, como negativo. Dentro de este origen estaría la pérdida de la rutina, de salir a la calle, de reunirte con tu familia y amigos, pérdida de trabajo, …También asignado como negativo aparece una aumento en la cantidad o calidad de elementos aversivos, es decir, factores estresantes. En este caso, la posibilidad de contagio, incertidumbre general, etc.

Nuestro estado anímico es una balanza de positivos y negativos. La pandemia y toda la preocupación que conlleva se apoya en la bandeja referente a lo negativo y, a eso, le añadimos también las pérdidas mencionadas anteriormente: contacto con el exterior, seres queridos, trabajo,… Hay mucho peso en esa bandeja negativa pero, en la bandeja de positivo tenemos la comodidad de estar en casa, tiempo para nosotros, nuestra familia, tiempo para aquello que siempre hemos pospuesto. En definitiva, el ansiado e irrecuperable TIEMPO.

Para desequilibrar la balanza a nuestro favor, debemos poner más peso en la bandeja positiva y quitar, lo que esté en nuestra mano, de la bandeja negativa. Quitar estrés con respiraciones y relajación muscular de Jacobson dos veces al día, limitar las salidas a la calle puesto que es un factor de estrés importante (por supuesto actuar como nos han recomendado durante la salida y después de ella) y limitar las noticias que vemos. Centrémonos ahora en lo divertido, poner peso en la bandeja correcta (la positiva). Planifica la semana, siendo flexible en horarios y actividades. Tienes tiempo para ti y para los tuyos, en común y solitario. Deporte, juegos, actividades que implique algo de creatividad, actividades nuevas, higiene diaria, trabajo o proyectos nuevos, redecorar la casa, comunicación con amigos y familiares por WhatsApp, Skype o llamadas, actos de solidaridad, etc.

Es temporal lo que actualmente perdemos por el confinamiento ya que la mayoría de las cosas las recuperaremos en unos meses probablemente. Utilicemos este periodo para aprender. No es un obstáculo sino un reto. Si lo usamos de manera correcta nos puede ayudar a crecer y a convertirnos en nuestra mejor versión. Creo que todos podemos hacerlo mejor, ¿verdad? ¡Ánimo!

Ana Paula, psicóloga de Accuna.



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